Te guste o no

“Decís: Cristo dijo esto y Cristo dijo lo otro… pero ¿qué decís vosotros? Y lo que decís… ¿sale del Dios que lleváis dentro?”. Me hizo sentarme en un taburete en el baño, como de costumbre, pero ahora dándole la espalda al espejo. Si te pongo de frente no tengo sitio para moverme, y no hace falta que te mires mientras te lo corto, quisquilloso. ¿Ya no te fías de mí? Todavía no he perdido habilidad en las manos, pero me viene muy bien practicar de vez en cuando para no oxidarme, y tus rizos los conozco de memoria. No era mirarme a mí mismo lo que echaba de menos. Hace años Susi me arreglaba el pelo en ese mismo baño de su casa, una vez al mes, y casi siempre accedía a mi capricho de hacerlo desnuda. Me encantaba mirarla y olerla mientras se movía a mi alrededor, trabajando en mi cabeza. Ahora necesita más espacio porque se mueve con más dificultad. Pero ya no usa las muletas para desplazarse por la casa, y un par de veces a la semana sale a pasear por las calles cercanas. Leer Más

Duarte Manzalvos

“Tuve la suerte de estar allí en ese momento para anotarlo. Yo me invento pocas cosas”. Fue la contestación del autor a un comentarista que aplaudía su imaginación, a propósito de un texto ya antiguo de Duarte Manzalvos. La afirmación es muy ilustrativa de lo que puede encontrarse en el blog, pero no precisamente por su sentido literal, sino por todo lo contrario. Qué es todo lo contrario de “literal”, se preguntarán ustedes con toda lógica. Sospecho que encontrar la respuesta a esa cuestión le daría a Duarte para escribir una magnífica entrada en su blog. No en vano, la exploración de la ambigüedad, la paradoja o incluso el absurdo y el contrasentido es en opinión de un servidor el aliento básico del blog. Leer Más

Roads

Beth Gibbons creció en una granja de la campiña inglesa en el seno de una familia de fuertes tradiciones religiosas, absolutamente alejada del modo de vida de los jóvenes de su generación. Después de veintidós años de vida rural, la niña especialmente silenciosa y retraída que apenas se distraía de las labores de la granja con algunos libros de poesía y unos cuantos discos antiguos decidió marcharse de allí sin rumbo fijo. Lo encontró de la mano de Geoff Barrow, músico amateur de Bristol que buscaba una vocalista para formar su propio grupo.

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Notas del Pirata Jenny

“Podemos expresar nuestras sensaciones respecto al mundo que nos rodea por medios descriptivos o por medios poéticos. Yo prefiero expresarme metafóricamente. Déjeme subrayarlo: metafóricamente, no simbólicamente. Un símbolo contiene en sí mismo un significado definido, cierta fórmula intelectual, mientras que la metáfora es una imagen. Una imagen que posee las mismas características distintivas que el mundo que representa. Una imagen -por oposición a un símbolo- no tiene un significado definido. No se puede hablar del mundo infinito aplicando herramientas definidas y finitas. Podemos analizar la fórmula que constituye un símbolo, pero no la metáfora. La metáfora es un ser en sí mismo, un monomio; se cae a pedazos al primer intento de tocarlo”. Son palabras del cineasta Andrei Tarkovsky, en una entrevista de 1983 para el diario Le Monde, reproducidas en uno de los textos de Notas del Pirata Jenny. Pero el espíritu de esa cita es tan exactamente identificable con el que alienta todo el blog que muy probablemente cualquiera de sus lectores habituales podría tomarlas como propias de la autora. Leer Más

Cuaderno Milanés

Créanme: no ha sido fácil vencer la tentación de componer esta presentación usando únicamente pasajes de los textos de Cuaderno Milanés. Hubiese resultado, sin duda alguna, la forma más certera de hacerlo. Cualquiera que visite el blog por primera vez o se conforme con un somero vistazo, tendrá tal vez la comprensible percepción de que se trata de de un espacio consagrado fundamentalmente al análisis político, muy útil por tanto para los interesados en la cuestión y prescindible para quienes no la encuentren atractiva. Estoy convencido de que tanto unos como otros habrían llegado a una impresión errónea. Leer Más

Las cuatro esquinas del mundo

“Puede que haya quien piense: ‘si lo dice Tsevan es lo correcto, es Tsevan’, pero eso no deja de ser una llamada a la autoridad -la que me da quien piense así- poco edificante”.  Tsevan Rabtan no cree en el concepto moral de justicia, apenas lee poesía y obtuvo, antes de cumplir la mayoría de edad, una puntuación anormalmente baja en la escala de emocionabilidad de un test de personalidad. Tse sí cree en el derecho como uno de los mayores logros de la civilización europea occidental, es un consumado degustador de música clásica y tiene un cociente intelectual anormalmente alto. La cita que encabeza este texto es, como ya habrán deducido, un pasaje de una entrada de Las cuatro esquinas del mundo Leer Más