Junto al tenue rumor de un beso, el aullido del lobo, el ruido de un motor en marcha o el estallido de un trueno, Chuck Berry viaja ya fuera del Sistema Solar en compañía de Bach, Mozart y Beethoven. Todos esos sonidos y otros muchos, seleccionados por el astrónomo Carl Sagan, se grabaron en un disco fabricado en cobre y oro que navega a bordo de las sondas Voyager, lanzadas en 1977. El objetivo era, obviamente, ofrecer a quien pueda encontrarlo (no sé si la palabra “quien” es la adecuada, pero de momento no existe otra) una especie de panorámica del planeta, un retrato representativo de la vida en la Tierra a través de sus sonidos. Leer Más
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