¿Por qué te fuiste Rosa, mi vida, por qué te fuiste con ese negro, por qué te fuiste si yo te quiero? La primera vez que escuché esta canción fue a través de un pequeño reto: hace años, Mónica me desafió a atinar con el final de la historia que cuenta, a entender la razón por la que Rosa había dejado a su marido para irse con un negro. Te pago una cena si lo aciertas, me dijo; para ser sinceros, la recompensa que me prometió fue de otro tipo, pero no pueden negar que lo de la cena queda elegante. Me quedé sin mi premio, sencillamente porque, igual que Joaquín, el marido de Rosa, no fui capaz de responder a tiempo a la pregunta.
Albert Pla lleva años en lo suyo. Lo suyo, en realidad, es difícil de definir. Lo más sencillo sería etiquetarle como un músico más, como un cantante o como quiera llamársele a quienes graban discos y actúan en directo. Pero los “conciertos” de Pla son un poco especiales, tanto que de ellos no se ocupan los críticos musicales de los periódicos, sino los críticos de teatro. Albert Pla, de hecho, es tan especial en sí mismo que cuenta con un reducido número de fieles seguidores, entre los que sin duda me cuento. Por eso, no me atrevo a aconsejarles que escuchen sus discos ni acudan a presenciar sus espectáculos.
Pero sí quiero sugerirles algo, lo mismo que Mónica hizo conmigo: si les apetece una rumbita, escuchen y traten de averiguar, antes de que el final de la canción desvele la incógnita, el motivo por el que Rosa cambió a su marido por un negro. A modo de pista, no olviden que la razón por la que ocurren las cosas es, habitualmente, la más sencilla entre las posibles. Que lo más obvio sea, para casi todos, lo más inesperado, es un buen retrato de nuestros propios prejuicios, quizá especialmente de los masculinos. Me atrevo a asegurar que ustedes, las señoras, darán antes con la respuesta que ustedes, los caballeros. Bien por Albert Pla, y buen fin de semana para todos.
No es la primera vez que coincidimos en gustos musicales, cosa que por supuesto es preocupante, existe la posibilidad de que algun día coincidiéramos butaca con butaca, me leyeras los pensamientos y corrieras a sentarte a escribirlos poniendo tu puntitio malvado… me andaré con ojo.
Yo siempre pensé que Rosa mas que una polla necesitaba la ternura de una sonrisa de cualquier color…. pero es que yo soy un romantico y dado que el Pla no mencionaba los posibles del negro, punto este capaz de cambiar todo, nunca tuve duda.
Buen fin de semana.
¿Ves como estamos (estoy, en este caso) llenos de prejuicios? Nunca te hubiese imaginado seguidor de Pla. A mis brazos, compañero. Podríamos coincidir butaca con butaca, podría leerte los pensamientos, pero lo que no podría es dedicarte una cinta. A no ser que esto también sea un prejuicio por mi parte y en realidad tengas un buen par de tetas 🙂 Buen fin de semana de románticos paseos, abrazos.
Eso te pasa por prejuzgar, por fiarte de unas letras, por fiarte de una conversación, por fiarte incluso de un comportamiento puntual; aunque antes o después nos salga el ramalazo, todos podemos en ocasiones parecer lo que no somos por motivos variopintos.
Desengañate, aun con la tetas caidas tal vez me dedicarías una bonita carta si me besaras, aunque te lo tendrías que currar mucho, no me gustas, y además me reiría de ti al leerla pues no se correspondería con la realidad, esa solo yo la sabría y la carta no sería más que el producto de tu imaginación…..jajajajajajaj
Gracias por tus deseos, son mutuos…. espero que algún día escribas sobre ello.
Eso de «menos de mil mujeres» que subtitula tu blog,te hace entender muy bien la psicológia femenina.
Un beso.
Anónima, bienvenida. Uso el femenino para saludarte por lo que dices y por el beso final, pero a lo mejor esto también es un puñetero prejuicio por mi parte. Créeme: aunque en el subtítulo pusiera “menos de un millón de mujeres”, la psicología “genuinamente femenina” seguiría siendo, para mí al menos, tan fácil de descifrar como el origen y la naturaleza del universo o la teoría de las supercuerdas esas. Ya sé que suena a topicazo, pero es la verdad, al menos en mi caso. Un beso.
Mea culpa, Marpart. Me consuelo pensando que a cualquiera puede sucederle, que los prejuicios formados a vuelapluma son el pan nuestro de cada día. Tú tampoco eres mi tipo, pero no me piques, no me piques, que cualquier día de estos te grabo una cinta 🙂
A mí no me gusta el Plá pero tengo dos hermosas razones, no sé si vale eso para desearos a ti y a Mari Part que el finde siga siendo bueno… 😉
Un beso para cada uno
Eso vale para todo, rubia. Más tiran dos buenas razones que dos cojones 🙂 Besos.
Yo que estaba acostumbrado
a dormir acompañado
yo que tanto la había amado
son diez años de casado
Por qué te fuiste Rosa mi vida
Por qué te fuiste con ese negro
Por qué te fuiste si yo te quiero
qué tendra el negro que yo no tengo
Se preguntaba Joaquín el Necio
metro sesenta bajito y feo de
ideas fijas un tipo duro
Marido cornudo padre gruñon
y de oficio
zapatero remendón
hay que tacón
será que tiene un pollón grandote
que el negro tiene un cacharro enorme
qué puta que eres Rosa mi vida
perder el culo por un cipote
será que Rosa se ha vuelto loca
y no por su cosa se quiere al hombre
sino que dentro hay mucha más gracia
yo tengo mucha gracia interior
se lamentaba Joaquín el Necio
celoso el macho muy hombre
que era yo te perdono Rosa mi vida
pero ese tipo no tiene perdón
Yo le capo
a ese negro por ladrón
hay que dolor
Una vez que el último zapato estuvo arreglado
salió a la calle
navaja en mano sol de verano
en un bar del centro los encontró
y entró en el bar y se hizo el silencio
la clientela apuro los vasos
y sin dar tiempo Joaquín el Necio
le cortó al negro su falo entero
Rosa lloraba sobre la barra
el negro en el suelo se desangraba
Joaquín se limpiaba su navaja
la clientela volvio a beber
Joaquín
pero qué pasa cornudo
hay que pasión
Joaquín miro la parte amputada
y de verdad qe eso no era nada
hay que tendría el maldito negro
que tendrá el negro que yo no tengo
será que Rosa se ha vuelto loca
por qué te fuiste con ese negro
por qué te fuiste si yo la tengo
mucho mas grande aquí no hay color
lloró de rabia Joaquín el Necio
no comprendía preguntó al cielo
la clientela llenó los vasos
y al unísono le respondió
pero por qué será Joaquín
por qué
por qué será
porque el negro es mejor que tú
no tiene malicia ni mal corazón
el negro es mejor que tú
es más bondadoso y más vacilón
el negro es mejor que tú
no tiene perfidia es más bonachón
el negro es mejor que tú
es más honrado y trabajador.
¿Por qué se fue?, pues quizás por qué el otro/otra no eras tu, Joaquín. Ya lo de “no ser tu” puede tener casi infinitas matizaciones. Aunque la ultima estrofa deja poco lugar a dudas
¿Por qué se fue?, ¿por qué te la dejaste perder?, ¿por qué con él/ella/negro/blanco/china/amerindio..?. Joaquín vivía a base de mitos: el mito machista de la posesión, el mito racista del tamaño, etc. La única crítica que puedo hacer a la canción de Pla es que una versión donde ella se va con una mujer de color hubiera dado un juego mayor, al dejar totalmente desconcertado a Joaquín. Ni siquiera la burda explicación del tamaño le serviría
Un saludo.
Vaya, que hoy va a ser el día de leer tu blog, que dicho sea de paso, ya había visitado antes.
Miedo me da que me guste Albert Pla, y no porque te guste a ti, sino porque además de las entradas también estoy leyendo los comentarios y resulta que también le gusta a mi paisano Marpart, jeje.
Pues eso, que los conciertos de Albert Pla son… simplemente diferentes. Yo le he visto dos veces y las dos salí encantada, aunque él tenga un aspecto que a tu madre y a la mía les echaría para atrás.
A mí particularmente, me gusta El Bar de la Esquina, y es que como tu dices las mejores cosas pasan en la calle, 🙂
Besitos
Chof
Coño, Sanan, este comentario tuyo se me pasó en su momento, y ya tiene delito porque es estupendo. Esa versión alternativa que propones le encantaría al propio Pla, estoy seguro. Saludos.
Chof, El bar de la esquina, ese bar que hace esquina con la calle Mayor: otra joya, desde luego. Sí, siempre en la calle, todo en la calle. Si no lo has catado, métele mano a lo último, “La diferencia”, te va a gustar. Más besos.